"La manera como empleamos nuestra soledad, inmediatamente después de separarnos de un semejante, indica, de ordinario, el efecto que la entrevista ha causado en nosotros. Por ejemplo: si nos estiramos, bostezamos, miramos el reloj y gruñimos: '¡Diablo!' es probable que estemos convencidos de que hemos perdido el tiempo, Por el contrario, si nos movemos animadamente, silbamos, sonreímos retrospectivamente, es evidente que pensamos que la entrevista valía la pena."
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