26.3.13


"Eso es lo que me encanta de la poesía. Cuanto más abstracta sea, mejor. Los 
momentos en los que no estás segura de sobre qué está hablando el poeta. 
Puedes tener alguna idea, pero no puedes estar segura. No al cien por cien. 
Cada palabra, elegida específicamente puede tener un millón de significados
diferentes. ¿Es un sustituto —un símbolo— de otra idea? ¿Encaja dentro de 
una metáfora más grande y más escondida? 
Yo odiaba la poesía hasta que alguien me enseñó a apreciarla. Me dijo que 
tenía que ver la poesía como un rompecabezas. Descifrar el código, o las 
palabras, depende del lector, basándose en todo Io que sea sobre la vida y las 
emociones.
¿Ha utilizado el poeta la palabra rojo para simbolizar la sangre? ¿La ira? ¿El 
deseo? ¿O será el timón rojo sencillamente porque rojo suena mejor que negro?
La misma persona que me enseñó a apreciar la poesía también me enseñó el 
valor que tiene escribirla. Y sinceramente, no hay ninguna forma mejor de 
explorar tus emociones que a través de la poesía.
Si estás enfadada, no tienes que escribir un poema en el que trates de la 
razón de tu enfado. Pero tiene que ser un poema furioso.
Y cuando acabéis vuestro poema, descifradlo como si lo acabaseis de
encontrar impreso en un libro de texto y no supieseis absolutamente nada de 
su autor. Los resultados pueden ser sorprendentes... y aterradores. Pero 
siempre es más barato que un psicólogo."

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